Necesidad, la madre de la participación

Los investigadores de la UTA encuentran el vínculo entre la satisfacción maternal y la participación de los niños autistas en actividades diarias Tel Aviv.

Las madres de niños con trastornos del espectro autista (TEA) suelen sufrir de estrés y de falta de sueño. Los sacrificios casi siempre vienen después, cuando abandonan su carrera profesional y sus ambiciones personales, en la creencia de que el cuidado del niño «es lo primero».

Sin embargo, ¿acaso este abandono de las aspiraciones y los intereses son realmente beneficiosos para los niños con TEA? Un nuevo estudio de la UTA encuentra que la actitud positiva de una madre con respecto al involucramiento en las actividades diarias y el sentido de capacidad en el desempeño de las tareas parentales dan cuenta de una proporción importante de la participación exitosa de sus niños en las actividades diarias.

La investigación fue dirigida conjuntamente por las doctoras Orit Bar y Michal Avrech Bar, del Departamento de Terapia Ocupacional en la Escuela de Profesiones de la Salud «Stanley Steyer» de la Facultad de Medicina «Sackler» de la UTA, y fue llevada a cabo por la maestrando Limor Shelef, de la UTA. El trabajo fue publicado en la revista Research in Autism and Spectrum Disorders.

De tal madre, tal hijo

«El estudio demostró que, cuando una madre se siente competente y productiva, cumple mejor su función de madre», afirma la doctora Bart, quien viene conduciendo investigaciones en TEA desde hace 10 años y quien postula lo siguiente:

La satisfacción es tan importante para los chicos como para las madres mismas. Si la madre se involucra a diario en una variedad de ocupaciones personales y profesionales y obtiene un sentido de satisfacción personal que proviene de esas actividades, tan solo esto afecta en forma positiva la participación de los niños en las actividades diarias.

«Nuestra intención fue la de establecer qué podría mejorar la participación de los niños con TEA en las actividades diarias, desde ducharse y cepillarse los dientes hasta las actividades que tienen lugar después de la escuela y los juegos con amigos», explica la doctora Bart. «Pusimos el foco en una única perspectiva: la relación entre la participación de la madre y la participación del niño.

La doctora Bart y la doctora Avrech Bar, que se especializa en maternidad y salud maternal, crearon un modelo de participación que incluía, en primer lugar, la severidad del autismo y después varias variables relacionadas con la madre, esto es, la «autoeficacia» (es decir, en qué grado se siente competente como madre).

Los investigadores invitaron a 30 madres de niños con TEA y a 30 madres de niños de entre tres y seis años con un desarrollo normal a que participaran del estudio. Las madres completaron formularios relacionados con la participación de sus niños en la vida, su propia participación en la vida y su sensación de autoeficacia maternal. Si bien se encontró que la severidad del autismo era un indicador en el 20 % de la participación del niño, se observó que una proporción significativa, un 30 %, se correlacionaba con una firme participación de la madre en la vida y un alto sentido de autoeficacia.

Tiempo para uno mismo

«Nuestras conclusiones son claras», señala la doctora Avrech Bar:

Las madres necesitan enfocarse en ellas mismas, ocuparse de ellas mismas, de su propia carrera, educación y tiempo libre. No hay que abandonar los intereses personales y las aspiraciones ocupacionales. Esto puede afectar de manera negativa la propia salud y bienestar de ellas y de los niños. De aquí se obtiene una clara conclusión: Si uno participa de la vida de manera significativa, es probable que el niño también lo haga.

Los investigadores están preparando un abordaje para las intervenciones en cuestiones de TEA centrado en la familia, que incluye una atención de cerca a la autoeficacia de las madres y la participación en una variedad de actividades para promover el involucramiento de los niños.

«Hoy en día, la madre sigue siendo la fuente principal de cuidados, pero esto está empezando a cambiar», señala la doctora Bart. «Intuitivamente, creo que este tipo de investigación también podría beneficiar a los padres.»