Juan Dircie, Director de la Universidad de Tel Aviv para América Latina: «Vemos a América Latina, y principalmente a Argentina, como una comunidad judía fuerte»

33

Recién arribado a Buenos Aires, Juan Dircie, el Director de la Universidad de Tel Aviv para América Latina, dialogó en exclusiva con Vis á Vis.

Dircíe es Licenciado en Relaciones Internacionales y Ciencias de la Educación en la Universidad Hebrea de Jerusalén (con honores), Master en Educación Judía en la Diáspora en la misma universidad y graduado del posgrado en Relaciones Internacionales de la Universidad de Bolonia (campus Buenos Aires). Nació en la ciudad de Buenos Aires, Argentina y es padre de tres hijos.

Durante los últimos 16 años se desempeñó como Vicedirector del Instituto Belfer para Asuntos Latinos y Latinoamericanos del Comité Judío Americano (AJC).

Su extensa carrera profesional en las comunidades judías y organizaciones sin fines de lucro de la región incluyen también cargos en el Jewish Communiy Services of South Florida y en el Keren Hayesod – United Israel Appeal.

Hace poco más de seis meses estuviste en Argentina y tuviste un encuentro con importantes instituciones académicas con el fin de fortalecer los vínculos. ¿En qué se avanzo?
Yo comencé en el cargo en marzo de 2022. Lo primero que vi es un posicionamiento de la Universidad de Tel Aviv con mucho reconocimiento a nivel mundial y latinoamericano, donde pude descubrir el interés que despierta y el reconocimiento, pero también la falta de programas orgánicos con instituciones académicas latinoamericanas que puedan sostenerse en el tiempo para beneficio de los alumnos de la Universidad. Un poco la razón de mi visita tiene que ver con el fortalecimiento de esos vínculos, con la creación de nuevas propuestas. Siempre al más alto nivel. La Universidad de Tel Aviv es la más grande, con más cantidad de alumnos en Israel y realmente quiere elegir muy bien quiénes son sus socios.

Dentro de esta misión tuve la posibilidad de viajar a Argentina, México, Panamá y España y reunirme con las instancias académicas más altas y más importantes en varios países. En Argentina puntualmente empezamos a discutir procesos de colaboración que están avanzando, aunque todavía no son públicos.

Hay una voluntad manifiesta de buscar esos caminos de cooperación para el beneficio de los alumnos. Yo creo que hoy existen en Argentina instituciones académicas al mejor nivel internacional que ven en el acuerdo de la Universidad de Tel Aviv una posibilidad de mejora de una propuesta. Una posibilidad de beneficio mutuo.

La Universidad de Tel Aviv ve a América Latina, y principalmente a Argentina, como una comunidad judía fuerte.

¿Qué puede aportar la universidad?
Hoy puntualmente en el área de emprendedurismo, tecnología e innovación, la Universidad de Tel Aviv es líder. En algunas encuestas está entre las 5 o 10 mejores del mundo. Estamos hablando de una Universidad joven, una Universidad con recursos limitados, que compite con las top a nivel mundial. Es un tema de orgullo. Los que vemos a Israel como parte de nuestra identidad estamos orgullosos.

Puede aportar conocimientos, tecnología y la posibilidad para un joven de Argentina que quiera ir a formarse o terminar de formarse a Israel, regresar al país y traer el conocimiento.

Hoy la Universidad tiene una oferta programática en ingles muy amplia porque apunta al concepto de la internacionalización. Buscar esa cooperación local posibilitar que alumnos vayan a estudiar ingles a Israel. Ya no hablamos de que estudien hebreo. Es una propuesta para aquellos que quieran hacer una Maestría. Que vaya a estudiar en una universidad top y que, además de los conocimientos, te llevas la experiencia de vivir y estudiar en Israel.

¿En ese intercambio la Universidad qué busca?
Busca primero ser parte de estas comunidades judías fuertes como la Argentina. La Universidad entiende que hay un rol, un compromiso y una relación de décadas.

¿Qué significa esta nueva visita a la Argentina?
Reafirmar estos lazos. Volver a encontrarme con gente con la que me encontré. Participar de un evento que es emblemático, la Asociación de Amigos Argentinos de la Universidad (AUTA) en Punta del Este. Eventos al más alto nivel.

En junio brindo una conferencia que se denominaba Antisemitismo: La pandemia que no se acaba: Tendencias actuales”. ¿Cuál es la tendencia actual?
Durante muchos años me dediqué al tema del antisemitismo. Trabajé en American Jewish Comunity, donde el antisemitismo es un tema central. La Universidad de Tel Aviv también tiene un centro muy importante para el estudio de este tema, desde una óptica muy académica. Presentan todos los años una estadística mundial de antisemitismo en todo el mundo. Creo que la tendencia actual tiene que ver con la legitimación que en algunos sectores existe del antisemitismo.

Una entrada muy fuerte en los EEUU de un lenguaje que hace unos años era impensable de que se iban a dirigir a los judíos y a la Shoá de la forma que lo hacen. Disminuyendo lo que fue la Shoá. No hay negacionismo. Si una disminución del impacto.

Uno no se hubiera imaginado hace 5 años que en un medio de comunicación de primer nivel alguien pueda hacer este tipo de manifestaciones. Yo creo que hoy lo crítico, lo más importante, es no permitir la legitimación de un lenguaje antisemita en el idioma cotidiano.

¿Ve un aumento?
Todos los índices hablan de un aumento. Sobre todo en Europa hay un índice constante. Pero también hay incremento en países que no había tradicionalmente. Claramente en EEUU, que es el hogar de la comunidad judía más grande de la diáspora. Una comunidad donde los hechos antisemitas eran esporádicos y hoy en día la comunidad judía se enfrenta a situaciones que no había vivido en su vida.

¿Cómo se hace para trabajar y para que bajen los índices?
El trabajo educativo es importante pero no es suficiente. Tiene que haber marcos legales que regulen la actividad antisemita. Hoy los grandes desafíos pasan por los medios sociales. En un medio impreso o televisivo hay un cierto control de un Estado que puede estar presente o ausente, es el que regula.

En los medios digitales no hay licencias. Lo que pasa con Twitter. Musk compra Twitter y… ¿Quién maneja el límite? ¿Un tipo que es un empresario exitoso y a él le recae esa responsabilidad o tiene que haber un rol del Estado? En Europa sí se habla de una regulación mucha más fuerte del lenguaje. En Alemania está prohibido por ley negar el Holocausto, a una situación mucho más extrema en EEUU donde la libertad de expresión es una vaca sagrada que no se puede tocar. Hay un uso indiscriminado del lenguaje y mensaje que vos manejas y no tiene ningún tipo de filtro.

En la Universidad trabajan acerca de las estadísticas sobre el antisemitismo. ¿Tienen noción de lo que pasa en América Latina y en Argentina?
Hay noción de lo que pasa. Claramente América Latina cumple una función central. La Universidad de Tel Aviv ve a América Latina como un socio en todo este proceso. Hay una gran cantidad de alumnos que van desde allí y se quedan a vivir, aunque otros regresan. En la fundación de la Universidad, Argentina fue parte integral de todo este proceso cuando eran solo dunas en el desierto.

¿Tuviste la oportunidad de reunirte con funcionarios de Educación del gobierno argentino?
No. Los encuentros son más a nivel académicos. Tiene que ver con el agradecimiento con gente que colabora con la asociación local, que apoyan diferentes eventos que se trata de difundir educación, lo que tiene que ver con el arte y con la cultura.

Si uno tiene que enumerar virtudes de la Universidad de Tel Aviv, ¿Cuáles son las principales?
Nivel académico, diversidad de los alumnos. La Universidad de Tel Aviv nombró hace pocos meses una vicepresidenta para que maneje el tema de diversidad e inclusión. Un tema central. Hoy es algo crucial, donde hay que defender esa diversidad de todo tipo: De género, religiosas, nacionales, idiomáticas. Para la Universidad es un valor central. Poner una persona a cargo tiene que ver con el compromiso.

¿Cómo se fortalecen los vínculos de la Universidad de Tel Aviv y Argentina?
AUTA es el vínculo por el cual pasa ese fortalecimiento. Es el motor por el cual pasa. Es algo que viene haciendo hace décadas y lo vamos a trabajar con una comisión y profesionales de lujo.

¿Cómo define lo que significa la Asociación de Amigos Argentinos de la Universidad de Tel Aviv?
Es el motor. Es un grupo de personas que piensan constantemente en cómo mejorar esa relación, cómo fortalecerla, cómo crear un beneficio mutuo para la Universidad, para una sociedad donde ambos salgan beneficiados y seamos conscientes que ambos pueden fortalecerse.

¿Cómo repercute en la Universidad el cambio de gobierno en Israel?
Tema muy interesante. Central. Claramente impacta por los movimientos políticos que hay en Israel. Hay un compromiso de defender estos valores y de no comprometerlos ante ninguna eventualidad de ningún gobierno. La Universidad funciona como es y lleva este nivel de academia y excelencia únicamente funcionando bajo independencia.

Es indudable que Israel es un crisol de razas, religiones y nacionalidades. ¿Qué pasa en la universidad? ¿Cómo se compone la población juvenil de estudiantes?
Es el reflejo de ese crisol. Suena difícil, pero es lo mejor. No cualquiera puede unirse a la Universidad, hay un examen de ingreso. Tel Aviv se posicionó en los últimos tiempos como el motor del desarrollo económico y tecnológico. La ciudad atrae a alumnos que quieren vivir y estudiar en Israel. Refleja lo mejor de esa sociedad. Estudiantes judíos y no judíos, que hablan cientos de idiomas.

Uno transita en cinco minutos por toda la sociedad israelí. La Universidad de Tel Aviv es un festejo de ese crisol entrando a los 75 años y celebrando lo que significa que se haya creado una Universidad al más alto nivel académico.

La generación de nuestros padres que vivieron la creación del Estado de Israel jamás hubieran podido imaginar que este país tuviera una Universidad con este nivel de posicionamiento global que sí tiene la Universidad de Tel Aviv.

¿Cómo ve la educación en la comunidad judía argentina?
Estudie una maestría en educación y escribí una tesis sobre educación judía. Es un tema que me apasionó. Hoy estoy mucho más alejado, pero soy el fruto de este modelo educativo judío. Siempre lo llevo con orgullo a Israel. La gente no puede creer que un chico que se crio en la diáspora y que fue a una escuela judía en la Argentina pueda hablar hebreo con tanta fluidez. Fueron los grandes logros de la comunidad judía argentina. Se refleja hasta el día de hoy en miles que tienen un nivel de identidad judía, de compromiso judío y conocimiento de hebreo que se da en muy pocos países.

¿Repercute de alguna manera el antisemitismo en los campus universitarios de EEUU?
Mucho. Es un tema muy importante. No solo el antisemitismo sino cómo responden los estudiantes judíos. Hay muchos estudios que indican que dicen que no responden porque no saben cómo responder. Es un desafío muy grande. Como para a esos chicos que tienen identidad judía básica y otros con identidad fuerte, pero que no vivieron anteriormente exposición antisemita. Hoy es un tema central, con manifestaciones más crecientes que nunca pensaba ver en Estados Unidos.

Si alguien está leyendo y quiere obtener información de cómo llegar a la universidad, ¿Cómo lo hace?
Una es ir a la página web de la universidad, esta todo en inglés. Toda la propuesta académica. Tenemos un consejero académico 100% dedicado a los alumnos de América Latina para ayudar en el proceso de inscripción. Y tenemos a AUTA.

¿Cuáles son las próximas actividades?
Es un tema para conversar con AUTA, pero hay dos eventos centrales anuales que son el simposio de economía y el Innovation Day.