«Langosta robot» sabe cruzar terreno rocoso y puede colaborar en búsquedas y rescates

Investigador de la Universidad de Tel Aviv desarrolla robot inspirado en langostas, capaz de saltar al doble de altura que los robots similares disponibles hoy en día.

Tel Aviv- Desde los años 80, las plataformas robóticas avanzadas ofrecen ayuda a los equipos de intervención en crisis ante desastres naturales o aquellos causados por el hombre. El objetivo de estos robots, de diferentes tamaños y formas, consiste en intervenir en terrenos en que los humanos no pueden hacerlo y en enviar la información necesaria para salvar vidas a los equipos que se encuentren en el lugar.

Un nuevo robot en miniatura está en condiciones de hacer una importante contribución al campo de la robótica avanzada. El nuevo robot, cuyo diseño se basa en las langostas y que fue denominado «TAUB» (por «Universidad de Tel Aviv» y «Escuela Ort Braude»), tiene casi siete centímetros de largo y pesa menos de veintiocho kilogramos. Puede saltar a más de tres metros de altura, más de dos veces la altura a la que llegan otros robots de tamaño similar, y cubrir una distancia horizontal de 135 centímetros. Los investigadores creen que el TAUB va a funcionar bien en misiones de búsqueda y rescate así como en operaciones de reconocimiento en terreno difícil.

El robot es fruto de la colaboración entre el profesor Amir Ayali, del departamento de zoología de la Facultad de Ciencias de la Vida de la Universidad de Tel Aviv, el doctor Gabor Kosa, de la Facultad de Ingeniería de la Universidad de Tel Aviv, y el doctor Uri Ben-Hanan del Departamento de Ingeniería Mecánica de la Escuela Ort Braude. El trabajo de investigación fue hecho por los estudiantes de ingeniería Valentín Zeltsev y Omer Gvirsman, de la Universidad de Tel Aviv, así como por el doctor Avi Weiss, de la Escuela Ort Braude. Esta investigación fue publicada en Bioinspiration & Biomimetics.

Inspirado en la naturaleza

«Nuestro robot saltarín en miniatura, inspirado en la naturaleza, constituye un bello ejemplo de la innovación tecnológica inspirada en la biología», afirma el profesor Ayali. «Los robots en miniatura despiertan mucho interés en el campo de la robótica,y atraen mucha atención e investigación. La fabricación de robots diminutos es barata y eficiente; el hecho de que son pequeños permite que crucen terreno complicado y desconocido, y se los puede emplear en todo tipo de situaciones.»

Los científicos impirmieron el cuerpo del robot mediante una impresora 3D que utiliza plástico ABS (el mismo material con que se hacen los ladrillos de Lego). Las patas del robot están hechas de varas de carbono rígido, y salta gracias a alambres de acero. El robot tiene una pequeña batería que le brinda energía y permite que se lo controle en forma remota gracias a un microcontrolador que se le instaló.

«Nuestra investigación constrituye un verdadero esfuerzo colaborativo interdisciplinario entre la biología y la ingeniería», afirma el profesor Ayali. «El conocimiento biológico, obtenido a través de la observación y el estudio de las langostas, se combinó con ingeniería de avanzada y tecnología de punta, lo que permitió que se aplicaran principios biológicos a un mecanismo de salto robótico en miniatura.»

Lo mismo, pero diferente

Los investigadores no se propusieron hacer una réplica exacta de una langosta, sino que estudiaron algunas de las características biomecánicas específicas del mecanismo de salto sumamente eficaz de esta especie.

Las langostas se catapultan en un proceso que consta de tres etapas. Primero flexionan las patas en la etapa de preparación. Después traban las patas a la altura de la articulación, las que quedan listas para saltar. Por último, en un instante, se suelta el músculo flexor en la parte superior de las patas, con lo que se destraba la articulación y se libera energía rápidamente. Esto permite que las extremidades se estiren con rapidez impulsando a la langosta por el aire.

Al igual que la langosta, que se vale de la energía mecánica almacenada para mejorar la acción de los músculos de las patas, el «gran salto» del robot se debe a la capacidad de éste de almacenar energía en los saltos de torsión.

Los investigadores están desarrollando en esta etapa un mecanismo de deslizamiento que les permitirá a los robots aumentar el rango de salto, reducir el impacto de aterrizaje y ejecutar múltiples saltos guiados y estabilizarse mientras están en el aire, lo que ampliaría las posibles aplicaciones de campo para el robot.